-En gimnospermas el polen es llevado por el viento, lo que se ve facilitado por flotadores aéreos en algunas especies como los pinos.
-En angiospermas el polen puede ser llevado por el viento (plantas anemófilas) o por los insectos (plantas entomófilas), aunque a veces también son fecundadas con la ayuda de mamíferos como ratones o murciélagos (quiropterogamia) o bien por aves como el colibrí.
-.Absorción rápida de agua que produce la dilatación de la semilla y un rápido incremento de la respiración del embrión.
-Se detiene la absorción de agua pero con una alta tasa respiratoria.
-Absorción rápida asociada al crecimiento de la radícula y la plántula. Esto provoca la rotura de la testa, lo que permite una mayor actividad respiratoria al facilitarse la renovación del aire en torno al embrión. La alta tasa respiratoria mantiene una alta tasa metabólica, con absorción del endospermo y gran reducción de los cotiledones hasta que se desintegran.
1. El agua: es importante porque ablanda las cubiertas de las semillas, permitiendo que emerjan la radícula y el epicótilo y al tiempo que penetre el oxígeno (los gases pasan mejor a través de paredes celulares húmedas). También el agua permite los movimientos de las reservas hacia el embrión y de las enzimas que los digieren.
2. El oxígeno: es necesario para que se produzca la alta intensidad de la respiración en la semilla al germinar. Por ello es necesario que la semilla no se encuentre a mucha profundidad, sino en una zona muy cercana a la superficie, de forma que haya renovación de aire donde ella esté. Si hay mucha agua la semilla no germina, al faltarle el oxígeno, y se pudre.
3. La temperatura: las necesidades de la semilla para germinar coinciden en general con la temperatura óptima de la planta para desarrollarse. Así las semillas de plantas tropicales suelen germinar a temperaturas más altas que las plantas de regiones templadas como la nuestra.En general las semillas de la mayoría de las especies germinan mejor entre los 20 y 25° C y temperaturas por debajo de 5° C y por encima de 40° C son perjudiciales para la germinación.
4. La luz: Las semillas contienen cantidades diminutas de un pigmento proteínico sensible a la luz llamado fitocromo, que funciona como un interruptor para decidir el inicio de la germinación.